Nombre
Fábrica La Cartuja de Sevilla-Pickman S.A.
Descripción
Nuestra historia comienza a principios del siglo XIX, cuando una familia de comerciantes ingleses llamados Pickman decide establecerse en Andalucía. El fundador de La Cartuja de Sevilla, el Marqués Charles de Pickman, llega a Sevilla en 1841 con la idea de establecer una nueva fábrica de loza fina de la mayor calidad, para competir con el dominio de las marcas inglesas. Aprovechando la desamortización decretada por Mendizábal, adquiere el Monasterio Cartujo de Santa María de las Cuevas donde encuentra las condiciones idóneas para su propósito. Se estima que entre 1838 y 1840 se hacen las primeras obras necesarias para la ocupación y adaptación del conjunto del monasterio y que en esas fechas ya se había comenzado a producir porque una buena cantidad de piezas aparecen en el inventario que figura en la constitución de la sociedad.
A diferencia de otras empresas que contaron con edificios creados para uso fabril, Pickman tuvo que adaptar y aprovechar las instalaciones y dependencias existentes en el monasterio para instalar su industria. En los primeros años, las obras fueron mínimas y orientadas a la instalación de las dependencias fabriles, pero a medida que la empresa crecía se intervino en los edificios tanto en el interior como en el exterior, derribando espacios y creando otros nuevos.
Quizá uno de los elementos más característicos, y que aún perdura, fue la construcción de los hornos-botella. Otra intervención significativa fue la instalación de un salón que se utilizó como muestrario de la producción de Pickman en 1866 y que es el germen de lo que después sería el museo de la fábrica.
Con la declaración del monasterio como Conjunto Monumental Histórico (1964) y con el expediente de expropiación sobre los terrenos que se instruyó en 1971. Estas circunstancias obligaron a tomar la decisión de construir una nueva fábrica en otra ubicación. En 1979 ya estaba en funcionamiento la fábrica de cerámica en las instalaciones de Salteras aunque el desalojo definitivo del monasterio no tuvo lugar hasta finales de 1981.
https://lacartujadesevilla.com/content/59-la-fabrica-de-ceramica/ Consulta 7 de agosto 2024
A diferencia de otras empresas que contaron con edificios creados para uso fabril, Pickman tuvo que adaptar y aprovechar las instalaciones y dependencias existentes en el monasterio para instalar su industria. En los primeros años, las obras fueron mínimas y orientadas a la instalación de las dependencias fabriles, pero a medida que la empresa crecía se intervino en los edificios tanto en el interior como en el exterior, derribando espacios y creando otros nuevos.
Quizá uno de los elementos más característicos, y que aún perdura, fue la construcción de los hornos-botella. Otra intervención significativa fue la instalación de un salón que se utilizó como muestrario de la producción de Pickman en 1866 y que es el germen de lo que después sería el museo de la fábrica.
Con la declaración del monasterio como Conjunto Monumental Histórico (1964) y con el expediente de expropiación sobre los terrenos que se instruyó en 1971. Estas circunstancias obligaron a tomar la decisión de construir una nueva fábrica en otra ubicación. En 1979 ya estaba en funcionamiento la fábrica de cerámica en las instalaciones de Salteras aunque el desalojo definitivo del monasterio no tuvo lugar hasta finales de 1981.
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