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Guitarrón

Número de Registro: 10-998
Objeto: Guitarrón
Creador: Anselmo Jaramillo Guajardo
Institución: Museo Regional de Rancagua

Ficha de registro

Identificación

Institución
Museo Regional de Rancagua
Número de registro
10-998
Nº de inventario
1051
Clasificación
Historia - Instrumentos Musicales
Colección
Instrumentos Musicales
Alto 100 cm - Ancho 29 cm - Profundidad 13 cm
En exhibición - Museo Regional de Rancagua - Religiosidad Popular
Descripción
Instrumento cordófono de 25 cuerdas, clavijero largo con 21 clavijas, mástil ancho con ocho trastes metálicos, se encuentra decorado con un monograma que lleva las iniciales del fabricante (AJ), la caja de resonancia es de madera, su forma es "avihuelada", en la parte superior lleva los diablitos o tiples, cuatro cuerdas agudas dispuestas fuera del mástil, dos por lado, en la boca presenta una decoración de marquería, la encordadura es entorchada, siendo las cuerdas mas agudas de nylon.
Estado de conservación
Bueno

Contexto

Historia de propiedad y uso
Este instrumento, que a simple vista puede parecer una guitarra, existe solamente en Chile, por eso siempre lleva el apellido de “chileno”. Existen guitarrones en otras partes del mundo, como en México, pero no guardan relación con el instrumento nacional ni están vinculados históricamente con él.
Su forma acinturada, recuerda a la guitarra, pero tiene una caja de resonancia de mayor tamaño, curvas menos marcadas y de mayor profundidad; el mástil puede ser ligeramente más corto y el clavijero es más largo y firme. La boca de sonido es circular y consta de veintidós cuerdas, más cuatro cuerdas simpáticas, así denominadas debido a que funcionan en consonancia con la nota emitida por otra cuerda, vibrando directamente con el mismo tono, pero variando una octava más alta o más baja.
Los musicólogos que lo han analizado, concuerdan en que su origen nacional deriva directamente de una necesidad en principio religiosa, que está ligada a las misiones, en especial a las que se ubicaron en el sur de Chile. Al igual que la Tiorba, el guitarrón chileno, se desarrolló con la finalidad de completar sonoramente un repertorio musical destinado a otros instrumentos de difícil transporte, como el órgano y el órgano de tubo. Emparentado con instrumentos más antiguos usados en la Península Ibérica como el Laúd, el Ûd, el Archilaúd y la Vihuela, adapta de ellos la organización de sus cuerdas en “ordenes”. Las órdenes son conjuntos de cuerdas que se organizan en octavas, dándole más profundidad y complejidad al sonido. Además de contar con cinco órdenes de cuerdas, el guitarrón suma cuatro cuerdas denominadas “cuerdas simpáticas”, “diablos” o “diablitos”, que se encordan en la parte superior de la caja de resonancia y no en el clavijero.
El Guitarrón chileno está diseñado para ser un instrumento que se interpreta pulsando sus cuerdas, por lo general con la mano desnuda o bien con plectro, exige un notable virtuosismo del ejecutante, es posible interpretar con él obras diseñadas originalmente para Tiorba ya que domina recursos como el trémolo, bajos profundos y el punteo, eventualmente se tocan piezas que incluyen el rasgueo.

Gestión

Adquisición
Forma de ingreso
Compra
Procedencia
Anselmo Jaramillo
Fecha de ingreso
1997
Registradores
Francisco Mora Córdova, 2017-05-30
Iris Moya Fuentes, 2017-09-05
Iris Moya Fuentes, 2017-10-12

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Rabel
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Anselmo Jaramillo Guajardo
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