Figurilla

Carlos González cuenta que los compró en Putre, pero cree que eran del Alto Loa: "En la I, II e incluso III Región se dan bien parejas esas cosas. No recuerdo el nombre del artesano, pero era un indígena de esa zona que posteriormente traje a La Feria (de Artesanías UC, la que presidió por casi 10 años desde 1979). Los compré en un viaje que hice en los 80, el intendente de la I región me invitó como profesor universitario investigador en manifestaciones indígenas y folclor. Compré la parejita ya que siempre es bueno comprar de a dos, lo par tiene dominio sobre lo impar. El artesano se siente más agradado cuando uno compra de a 2, o de a grupo, en lo posible pares. Las llamas nunca están solas, por lo demás. Son vasos para realizar libaciones ceremoniales: cuando se convoca al apareo de los animales, se hace una ceremonia en la que se abre la libertad de los llamos para aparearse. Se bebe aquí aguardiente, tipo pusi-tunka, que es fuertísima, 40 grados. Me agradó el hecho de que no son un tiesto para beber cualquier cosa”. Agrega que éste sea posiblemente la hembra, ya que el 300 - 3250 es más alto, por tanto correspondería al macho.