Jarro

Carlos González cuenta la historia de esta artesanía: "Es de una comunidad de artesanas en Puerto Ibañez, organizadas por un sacerdote en los 60. El cura sabía de cerámica, se daba la figura de los maridos trabajando y las señoras en sus casas sin hacer nada entonces él las organizó y les enseñó a trabajar la greda. El las condujo y les llevaba modelos a seguir. Este está tomado de la Cultura Molle. Los diseños son figuras presentes en el Arte Rupestre en la zona. La inclusión de diseños fue posterior, fue una innovación del grupo. Para diferenciarlas crearon este sistema con el cuero que la envuelve. Esa es un área en la que no se desarrolló la cerámica. Esta es una invención, se inspiraron en las boleadoras. Yo las traje (a la Feria de Artesanías UC, la que presidió por casi 10 años a partir de 1979) aposté por la innovación, a pesar de no ser algo tradicional. El cuero puede ser de guanaco, pero lo más probables es que sea de oveja, bien finamente trabajado. Este fue un regalo, me lo regalaron en La Feria (de Artesanías UC) la primera vez que vinieron". Para finalizar acota:
"Es interesante como analizaron las formas y captaron el comportamiento del material. Al reducirse el cuero quedaba la pieza atrapada igual que las piedras de las boleadoras: fue un hallazgo feliz”.