Emma Formas se distinguió por los géneros del paisaje, el retrato y la figura humana, en la cual sobresalen desnudos femeninos “interesantes”, según la crítica de la época. Sin embargo, sus desnudos aparecen como un gesto de rebelión al estereotipo promocionado por los pintores varones. En estos relatos de intimidad femenina, las artistas cuestionan abiertamente al canon, sustituyendo la presión erótica por los espacios donde se construyen y afirman los sistemas de representación de las mujeres. La aparición del cuerpo femenino desde la mirada de la mujer, coincide con una mayor libertad expresiva a la hora de exponer su propio cuerpo.
(MNBA "Desacatos, prácticas artísticas femeninas 1835-1938", 2017: Gloria Cortés Aliaga)