Número de Registro: 22-2110 | |
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Objeto: | Frazada |
Institución: | Museo Regional de Ancud |
Ficha de registro
Identificación
Institución
Museo Regional de Ancud
Número de registro
22-2110
Nº de inventario
2240
Clasificación
Antropología, Arqueología y Etnografía - Textil, Vestuario y Adornos
Colección
Textiles de Chiloé
Descripción
Pieza de forma rectangular tejida con un cabo o hebra torcida (huiñi) de lana de oveja color blanco natural. Presenta figuras que representan flores de seis pétalos y líneas que bordean la totalidad de la prenda, tejidas con lana de oveja teñida con tinta o anilina color rojo.
Pieza tejida en quelgo con dos técnicas textiles: tres tramas, en la totalidad de la prenda, y floreado, bordado o brocato en figuras. Ambos extremos presentan terminación denominada dipe.
Pieza tejida en quelgo con dos técnicas textiles: tres tramas, en la totalidad de la prenda, y floreado, bordado o brocato en figuras. Ambos extremos presentan terminación denominada dipe.
Estado de conservación
Regular
Contexto
Área geográfica
Chile
Historia de propiedad y uso
Frazada tejida por Donatila Barrientos, maestra artesana del sector de Morro Lobos (Isla Caucahué, Quemchi). Perteneció a la tejedora Fresia Elizabeth Barría Rogel, su nieta, quien creció con ella.
«Mi abuela se llamaba Donatila Barrientos. No sé cuándo la tejió, pero yo recuerdo haber visto esta frazada siempre en la casa de mi abuela (…)»
Betty, como le decía su abuela Donatila, cuenta que la abuela Tila era machi y una excelente tejedora a quelgo.
La abuela Donatila murió el 2004, teniendo setenta y cuatro años de edad.
La frazada llegó a la casa de Betty por herencia de su familia, estando primero en la casa de su padre, Carlos Barría.
En cuanto al uso de la prenda, recuerda:
«Antes, cuando me la dieron, yo las usaba en mi cama; después ya las saqué, como te digo, eran muy pesadas y no tenían brisa, no daban calor, ya no dan calor estas… están muy gastadas, muy peladas. Las saqué y andaban por ahí, los chicos las usaban en el piso o la tenía dobladas.»
Betty recuerda con mucho cariño a su abuela Tila, ya que con ella aprendió a tejer y la acompañó en su labor textil.
«Mi abuela tejía en esos telares que estaban en el piso, ella tejía arrodillada. Oh, a mí no me gusta estar arrodillada y me sentaba al lado de ella a tejer a palilllo, y ella en su quelgo; y a mí no me llamó la atención por eso, porque tenía que estar en el piso. Era un tremendo telar, antiguo, que después mi abuela ya se enfermó, la trajimos para acá, la tuve yo un tiempo y después murió mi abuela, el quelgo se quedó en la casa de una vecina. La vecina se murió y su marido se vino a vivir a Quemchi y el quelgo quedó tirado ahí y yo lo olvidé y no lo fui a buscar y la casa la desarmaron.»
En relación a los aspectos técnicos de la frazada, Fresia dice que eran prendas muy elaboradas, que requerían mucho trabajo y que ya nadie las teje.
Se accedió a la pieza a través de la maestra artesana Sara Mayorga Barría, tejedora originaria de Isla Talcán (Desertores), quien vive en Ancud hace más de cuarenta años.
Esta pieza fue adquirida durante la ejecución del proyecto «Ser mujer en Chiloé» (2016), por el Museo Regional de Ancud.
Ingresó al museo el 21 de julio del 2016.
«Mi abuela se llamaba Donatila Barrientos. No sé cuándo la tejió, pero yo recuerdo haber visto esta frazada siempre en la casa de mi abuela (…)»
Betty, como le decía su abuela Donatila, cuenta que la abuela Tila era machi y una excelente tejedora a quelgo.
La abuela Donatila murió el 2004, teniendo setenta y cuatro años de edad.
La frazada llegó a la casa de Betty por herencia de su familia, estando primero en la casa de su padre, Carlos Barría.
En cuanto al uso de la prenda, recuerda:
«Antes, cuando me la dieron, yo las usaba en mi cama; después ya las saqué, como te digo, eran muy pesadas y no tenían brisa, no daban calor, ya no dan calor estas… están muy gastadas, muy peladas. Las saqué y andaban por ahí, los chicos las usaban en el piso o la tenía dobladas.»
Betty recuerda con mucho cariño a su abuela Tila, ya que con ella aprendió a tejer y la acompañó en su labor textil.
«Mi abuela tejía en esos telares que estaban en el piso, ella tejía arrodillada. Oh, a mí no me gusta estar arrodillada y me sentaba al lado de ella a tejer a palilllo, y ella en su quelgo; y a mí no me llamó la atención por eso, porque tenía que estar en el piso. Era un tremendo telar, antiguo, que después mi abuela ya se enfermó, la trajimos para acá, la tuve yo un tiempo y después murió mi abuela, el quelgo se quedó en la casa de una vecina. La vecina se murió y su marido se vino a vivir a Quemchi y el quelgo quedó tirado ahí y yo lo olvidé y no lo fui a buscar y la casa la desarmaron.»
En relación a los aspectos técnicos de la frazada, Fresia dice que eran prendas muy elaboradas, que requerían mucho trabajo y que ya nadie las teje.
Se accedió a la pieza a través de la maestra artesana Sara Mayorga Barría, tejedora originaria de Isla Talcán (Desertores), quien vive en Ancud hace más de cuarenta años.
Esta pieza fue adquirida durante la ejecución del proyecto «Ser mujer en Chiloé» (2016), por el Museo Regional de Ancud.
Ingresó al museo el 21 de julio del 2016.
Historia del objeto
Pieza utilizada tradicionalmente para abrigar y cubrir la cama en Chiloé. Bajo ella se instala una frazada con características técnicas más simples denominada frazada punto saco o frazada de tres tramas.
Gestión
Adquisición
Forma de ingreso
Compra
Procedencia
Sara Mayorga Barría
Fecha de ingreso
2016
Registradores
Jannette Viviana González Pulgar, 2021-10-20