Número de Registro: 3-38888 | |
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Objeto: | Espuela |
Institución: | Museo Histórico Nacional |
Fecha: | Siglo XVIII |
Ficha de registro
Identificación
Institución
Museo Histórico Nacional
Número de registro
3-38888
Nº de inventario
18-60
Clasificación
Arte - Artes Populares y Artesanía
Colección
Artes Populares y Artesanía
Descripción
Herramienta de hierro forjado que usa el jinete en cada pies, al momento de cabalgar. Está compuesto por un arco, horquilla o pihuelo y rodaja; la forma de arco calza en los tobillos y en cada extremo presenta perforaciones a manera de pasador que sostiene las correas de la talonera. En el centro de la curva del se ubica el pihuelo, especie de horquilla que sirve para sujetar la rodaja, objeto radial 24 con púas. Presenta ornamentación perforada en diseño geométrico, curvas, y aplicación de ataujías o damasquinado.
Estado de conservación
Bueno
Contexto
Área geográfica
Chile
Fecha de creación
Siglo XVIII
Historia del objeto
Para analizar la función e historia de las espuelas desde una perspectiva exclusivamente local, es importante establecer ciertas coordenadas básicas que, por un lado, los inscriban en un contexto general de función y uso asociados al equipo ecuestre; y que por otro, desde las evidentes modificaciones locales, les entreguen ciertos rasgos específicos que las hagan
distinguibles en relación a otros centros de producción de este mismo tipo de
herramientas.
Se sabe que, no sólo para el caso de nuestro país sino de toda Hispanoamérica, su origen
se verifica desde la llegada de los españoles a nuestra región. Es desde este punto de
inflexión para nuestra historia regional que se puede explicar su difusión y adaptación por
parte de las poblaciones originarias, mestizas y españolas, tanto con fines militares, como
para su utilización en los campos y ciudades que comienzan a fundarse desde los primeros
momentos de la empresa conquistadora.
Sin embargo, a pesar de compartir este mismo origen peninsular que todas las demás
espuelas producidas en el mundo hispano, el caso de aquellas fabricadas en
Chile evidencian ciertas particularidades que las separan del conjunto y que, por lo mismo,
hacen de estas piezas un caso digno de análisis que permite ver el tránsito de las
tipologías establecidas tras la conquista europea hacia formas de producción que hablan
de hibridaciones y ajustes locales.
Debido a la coexistencia de piezas muy diferentes en términos materiales y formales,
resulta difícil establecer periodos sucesivos o únicos para clasificarlas.
En términos generales, la espuela chilena se compone de los mismos elementos que cualquiera otra realizada tanto en España como en otros puntos de nuestra región, es decir, asta, pihuelo y rodaja.
Por asta entendemos un pedazo de hierro circular que es forjado con martillo hasta tomar la forma de un arco en cuyos extremos se cincelan sendos sellos, es decir, orificios por los cuales se anuda la correa que fija esta pieza al pie.
El pihuelo, por su parte, es un travesaño que se ubica en la parte central del asta y que sirve para sujetar la rodaja, elemento radial que puede ser un disco liso o estar conformado por puntas de variable cantidad.
Así, pese a compartir el mismo origen peninsular que todas las espuelas en Hispanoamérica, en el caso de aquellas producidas en Chile se advierten ciertas particularidades que las separan del resto y, por lo mismo, hacen de ellas un caso digno de análisis que permite ver el tránsito de las tipologías establecidas tras la conquista europea hacia formas de producción que hablan de mestizajes y adaptaciones locales.
Por un lado, el uso de una rodaja que presenta más de 10 puntas, cosa poco habitual en sus semejantes tanto españolas como latinoamericanas; y por otro, la persistencia de elementos técnicos y decorativos barrocos tanto en el pihuelo como en el asta. Las caladuras en forma de trébol que decoran este objeto así como la labor de ataujía son propios de las talleres de herreros chilenos del siglo XVIII y se han mantenido con ciertas modificaciones hasta el día de hoy.
Dada la falta de grandes yacimientos de plata durante la colonia en Chile, la técnica de la ataujía, es decir, realizar decoraciones planas sobre el hierro con metales de mayor valor alcanzó un grado de difusión bastante grande en nuestro país. Este hecho, unido a la cada vez mayor influencia de los vascos y los jesuita bávaros durante el siglo XVIII, hizo que este procedimiento se fuera transformando casi en una seña de identidad en la artesanía asociada a este tipo de objetos.
Vemos así como el asta es ornamentada siguiendo patrones lineales que nos recuerdan el trabajo realizado por los orfebres moriscos en ciudades como Toledo y la zona vasca de España donde, si bien la influencia árabe no fue tan prolongada como en Castilla, la producción de armamentos adoptó la ataujía para la decoración de espadas y escopetas.
Otro elemento asociado al asta es el uso de remaches que cumplen una doble función. Por un lado, servir como remaches propiamente tales; y por otra la de convertirse en parte de la decoración de la pieza a través de un trabajo de plateado
A pesar de compartir el mismo origen peninsular que todas las espuelas en Hispanoamérica, el caso de aquellas producidas en Chile poseen ciertas particularidades que las separan del resto y, por lo mismo, hacen de ellas un caso digno de análisis que permite ver el tránsito de las tipologías establecidas tras la conquista europea hacia formas de producción que hablan de mestizajes y adaptaciones locales.
Así, la llamada "espuela chilena" debe su origen a ciertos los elementos que podemos advertir en esta pieza. Por un lado, el uso de una rodaja que presenta más de 10 puntas, cosa poco habitual en sus semejantes tanto españolas como latinoamericanas. Por otro, y tal vez más importante todavía, la persistencia de elementos técnicos y decorativos barrocos tanto en el pihuelo como en el asta. Las caladuras en forma de trébol que decoran este objeto así como la labor de ataujía son propios de las talleres de herreros chilenos del siglo XVIII y se han mantenido con ciertas modificaciones hasta el día de hoy.
Dada la falta de grandes yacimientos de plata durante la colonia en Chile, la técnica de la ataujía, es decir, realizar decoraciones planas sobre el hierro con metales de mayor valor alcanzó un grado de difusión bastante grande en nuestro país. Este hecho, unido a la cada vez mayor influencia de los vascos y los jesuita bávaros durante el siglo XVIII, hizo que este procedimiento se fuera transformando casi en una seña de identidad en la artesanía asociada a este tipo de objetos.
Vemos así como el asta es ornamentada siguiendo patrones lineales que nos recuerdan el trabajo realizado por los orfebres moriscos en ciudades como Toledo y la zona vasca de España donde, si bien la influencia árabe no fue tan prolongada como en Castilla, la producción de armamentos adoptó la ataujía para la decoración de espadas y escopetas.
distinguibles en relación a otros centros de producción de este mismo tipo de
herramientas.
Se sabe que, no sólo para el caso de nuestro país sino de toda Hispanoamérica, su origen
se verifica desde la llegada de los españoles a nuestra región. Es desde este punto de
inflexión para nuestra historia regional que se puede explicar su difusión y adaptación por
parte de las poblaciones originarias, mestizas y españolas, tanto con fines militares, como
para su utilización en los campos y ciudades que comienzan a fundarse desde los primeros
momentos de la empresa conquistadora.
Sin embargo, a pesar de compartir este mismo origen peninsular que todas las demás
espuelas producidas en el mundo hispano, el caso de aquellas fabricadas en
Chile evidencian ciertas particularidades que las separan del conjunto y que, por lo mismo,
hacen de estas piezas un caso digno de análisis que permite ver el tránsito de las
tipologías establecidas tras la conquista europea hacia formas de producción que hablan
de hibridaciones y ajustes locales.
Debido a la coexistencia de piezas muy diferentes en términos materiales y formales,
resulta difícil establecer periodos sucesivos o únicos para clasificarlas.
En términos generales, la espuela chilena se compone de los mismos elementos que cualquiera otra realizada tanto en España como en otros puntos de nuestra región, es decir, asta, pihuelo y rodaja.
Por asta entendemos un pedazo de hierro circular que es forjado con martillo hasta tomar la forma de un arco en cuyos extremos se cincelan sendos sellos, es decir, orificios por los cuales se anuda la correa que fija esta pieza al pie.
El pihuelo, por su parte, es un travesaño que se ubica en la parte central del asta y que sirve para sujetar la rodaja, elemento radial que puede ser un disco liso o estar conformado por puntas de variable cantidad.
Así, pese a compartir el mismo origen peninsular que todas las espuelas en Hispanoamérica, en el caso de aquellas producidas en Chile se advierten ciertas particularidades que las separan del resto y, por lo mismo, hacen de ellas un caso digno de análisis que permite ver el tránsito de las tipologías establecidas tras la conquista europea hacia formas de producción que hablan de mestizajes y adaptaciones locales.
Por un lado, el uso de una rodaja que presenta más de 10 puntas, cosa poco habitual en sus semejantes tanto españolas como latinoamericanas; y por otro, la persistencia de elementos técnicos y decorativos barrocos tanto en el pihuelo como en el asta. Las caladuras en forma de trébol que decoran este objeto así como la labor de ataujía son propios de las talleres de herreros chilenos del siglo XVIII y se han mantenido con ciertas modificaciones hasta el día de hoy.
Dada la falta de grandes yacimientos de plata durante la colonia en Chile, la técnica de la ataujía, es decir, realizar decoraciones planas sobre el hierro con metales de mayor valor alcanzó un grado de difusión bastante grande en nuestro país. Este hecho, unido a la cada vez mayor influencia de los vascos y los jesuita bávaros durante el siglo XVIII, hizo que este procedimiento se fuera transformando casi en una seña de identidad en la artesanía asociada a este tipo de objetos.
Vemos así como el asta es ornamentada siguiendo patrones lineales que nos recuerdan el trabajo realizado por los orfebres moriscos en ciudades como Toledo y la zona vasca de España donde, si bien la influencia árabe no fue tan prolongada como en Castilla, la producción de armamentos adoptó la ataujía para la decoración de espadas y escopetas.
Otro elemento asociado al asta es el uso de remaches que cumplen una doble función. Por un lado, servir como remaches propiamente tales; y por otra la de convertirse en parte de la decoración de la pieza a través de un trabajo de plateado
A pesar de compartir el mismo origen peninsular que todas las espuelas en Hispanoamérica, el caso de aquellas producidas en Chile poseen ciertas particularidades que las separan del resto y, por lo mismo, hacen de ellas un caso digno de análisis que permite ver el tránsito de las tipologías establecidas tras la conquista europea hacia formas de producción que hablan de mestizajes y adaptaciones locales.
Así, la llamada "espuela chilena" debe su origen a ciertos los elementos que podemos advertir en esta pieza. Por un lado, el uso de una rodaja que presenta más de 10 puntas, cosa poco habitual en sus semejantes tanto españolas como latinoamericanas. Por otro, y tal vez más importante todavía, la persistencia de elementos técnicos y decorativos barrocos tanto en el pihuelo como en el asta. Las caladuras en forma de trébol que decoran este objeto así como la labor de ataujía son propios de las talleres de herreros chilenos del siglo XVIII y se han mantenido con ciertas modificaciones hasta el día de hoy.
Dada la falta de grandes yacimientos de plata durante la colonia en Chile, la técnica de la ataujía, es decir, realizar decoraciones planas sobre el hierro con metales de mayor valor alcanzó un grado de difusión bastante grande en nuestro país. Este hecho, unido a la cada vez mayor influencia de los vascos y los jesuita bávaros durante el siglo XVIII, hizo que este procedimiento se fuera transformando casi en una seña de identidad en la artesanía asociada a este tipo de objetos.
Vemos así como el asta es ornamentada siguiendo patrones lineales que nos recuerdan el trabajo realizado por los orfebres moriscos en ciudades como Toledo y la zona vasca de España donde, si bien la influencia árabe no fue tan prolongada como en Castilla, la producción de armamentos adoptó la ataujía para la decoración de espadas y escopetas.
Referencias documentales
Lago, Tomás: El Huaso, Universidad de Chile, Santiago de Chile, 1953
Roa, Vanya: Joyas del apero huaso: piezas de la colección, de la antigua Sección Folclore del Museo Histórico Nacional., Museo Histórico Nacional, Santiago de Chile, 1986
Cordero Valdés, Lorena: Protocolo para la Descripción del Apero del Huaso pp. 36 en Serie Documentación de Colecciones Patrimoniales. Manuales y Estudios , Centro de Documentación de Bienes Patrimoniales / DIBAM, Santiago, 2012
Gestión
Registradores
Rolando Báez , 2012-07-30
Patricia Eliana Roldan Rojas, 2019-09-02