Número de Registro: 3-40136 | |
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Objeto: | Figurilla |
Institución: | Museo Histórico Nacional |
Ficha de registro
Identificación
Institución
Museo Histórico Nacional
Número de registro
3-40136
Nº de inventario
2012-40136
Clasificación
Arte - Artes Populares y Artesanía
Colección
Artes Populares y Artesanía
Alto 0.9 cm - Diámetro máximo 8.2 cm
En depósito - Museo Histórico Nacional
124
Descripción
Objeto decorativo de color rojo compuesto por un cuerpo redondo achatado con los bordes ondulados.
Estado de conservación
Bueno
Contexto
Área geográfica
Chile
Historia del objeto
No ha sido posible vincularlo con inventarios anteriores.
Esta pieza se ofrece como un claro ejemplo de los niveles que alcanzan las cerámicas de las monjas claras en su trabajo con las miniaturas, esta pieza probablemente estuvo destinada a fines aromatizadores en las infusiones o para su ingesta, práctica bastante común durante la colonia entre las mujeres. Se trata de uno de los formatos más característicos de las cerámicas realizadas por las monjas Claras, quienes venían desarrollando este trabajo desde la colonia hasta fines del siglo XIX cuando esta producción se termina debido a la muerte de la última monja que conocía la técnica de perfumar la cerámica, Sor María del Carmen de la Encarnación Jofré.
Estas cerámicas fueron muy cotizadas como regalos navideños en su formato más pequeño, así como obsequio para grandes personalidades que visitaban o hacían un favor al convento.
Según consta en las crónicas coloniales, desde muy temprano estas religiosas se destacaron por la fabricación de objetos en miniatura y muchos de ellos constan en envíos al Perú incluso.
Según María Bichón, el origen de esta forma de trabajo cerámico tiene que ver en gran medida con la estructura misma de la vida de clausura. Al interior del convento vivían mujeres de todos los estratos sociales y castas, por lo que muchos saberes se fueron cruzando hasta dar lugar a este tipo de obras.
Por un lado, la matriz indígena que Bichón cita como la que aporta el trabajo en arcilla, más las aportaciones de las mismas monjas en la decoración de cada una de estas piezas, dando lugar a un modo de producción que se asemeja al trabajo de taller.
Esta pieza se ofrece como un claro ejemplo de los niveles que alcanzan las cerámicas de las monjas claras en su trabajo con las miniaturas, esta pieza probablemente estuvo destinada a fines aromatizadores en las infusiones o para su ingesta, práctica bastante común durante la colonia entre las mujeres. Se trata de uno de los formatos más característicos de las cerámicas realizadas por las monjas Claras, quienes venían desarrollando este trabajo desde la colonia hasta fines del siglo XIX cuando esta producción se termina debido a la muerte de la última monja que conocía la técnica de perfumar la cerámica, Sor María del Carmen de la Encarnación Jofré.
Estas cerámicas fueron muy cotizadas como regalos navideños en su formato más pequeño, así como obsequio para grandes personalidades que visitaban o hacían un favor al convento.
Según consta en las crónicas coloniales, desde muy temprano estas religiosas se destacaron por la fabricación de objetos en miniatura y muchos de ellos constan en envíos al Perú incluso.
Según María Bichón, el origen de esta forma de trabajo cerámico tiene que ver en gran medida con la estructura misma de la vida de clausura. Al interior del convento vivían mujeres de todos los estratos sociales y castas, por lo que muchos saberes se fueron cruzando hasta dar lugar a este tipo de obras.
Por un lado, la matriz indígena que Bichón cita como la que aporta el trabajo en arcilla, más las aportaciones de las mismas monjas en la decoración de cada una de estas piezas, dando lugar a un modo de producción que se asemeja al trabajo de taller.
Referencias documentales
Bichon, María: En torno a la cerámica de las monjas, Imprenta Universitaria, Santiago, Chile, 1947
Gestión
Registradores
Rolando Báez , 2012-10-30
Patricia Eliana Roldan Rojas, 2019-09-05
Patricia Eliana Roldan Rojas, 2019-09-05