Número de Registro: 76-238 | |
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Objeto: | Trapelakucha |
Cultura Arqueológica: | Mapuche |
Institución: | Museo de Arte Popular Americano, Universidad de Chile |
Ficha de registro
Identificación
Institución
Museo de Arte Popular Americano, Universidad de Chile
Número de registro
76-238
Nº de inventario
109
Clasificación
Antropología, Arqueología y Etnografía - Textil, Vestuario y Adornos
Colección
Platería Mapuche
Descripción
Esta trapelakucha de 21 cm. de largo corresponde a una joya pectoral del ajuar de la mujer mapuche. A grandes rasgos, consiste en una estructura modular de 5 placas, 8 eslabones y 9 colgantes cuyas formas se asemejan a la cruz de malta.
Las placas que conforman este trapelakucha están orientadas verticalmente. La primera de ellas posee una forma trapezoidal de base más ancha con una curvatura cóncava en cada costado, un orificio en su parte superior del que pendería desde un prendedor, y dos orificios en la base que tienen forma de media luna y que permiten su unión a la siguiente placa con dos eslabones. Las tres placas que siguen cuentan con dimensiones similares, y cada una posee dos orificios en su lado superior e inferior para unirse a través de los eslabones ya mencionados. Finalmente, la última pieza de esta estructura corresponde a una placa con forma de cruz de malta, cuyas puntas son de un ancho similar al de las placas y con dos orificios en su punta superior para unirse por medio de eslabones a las placas.
Desde esta placa en forma de cruz de malta, penden a su vez otros 9 colgantes de la misma forma: (1) la punta superior posee un colgante a cada lado de menor tamaño que los otros; (2) de la base de las puntas de los costados penden dos colgantes, tanto en la izquierda como en la derecha; (3) por último, de la base de la última punta penden tres colgantes. Todas estas piezas están unidas la placa por medio de eslabones que penden de perforaciones circulares.
Para la confección de esta estructura modular, las placas y las medallas se realizaron por medio de la técnica de colada. Los positivos o placas resultantes fueron forjadas, percutiendo con martillo para rebajarlas. Posteriormente se limaron los cantos con herramientas y se limó la superficie con arena caliente. Las perforaciones cinceladas y troqueladas están atravesadas por eslabones de plata laminada y alambre trefilado.
Las placas que conforman este trapelakucha están orientadas verticalmente. La primera de ellas posee una forma trapezoidal de base más ancha con una curvatura cóncava en cada costado, un orificio en su parte superior del que pendería desde un prendedor, y dos orificios en la base que tienen forma de media luna y que permiten su unión a la siguiente placa con dos eslabones. Las tres placas que siguen cuentan con dimensiones similares, y cada una posee dos orificios en su lado superior e inferior para unirse a través de los eslabones ya mencionados. Finalmente, la última pieza de esta estructura corresponde a una placa con forma de cruz de malta, cuyas puntas son de un ancho similar al de las placas y con dos orificios en su punta superior para unirse por medio de eslabones a las placas.
Desde esta placa en forma de cruz de malta, penden a su vez otros 9 colgantes de la misma forma: (1) la punta superior posee un colgante a cada lado de menor tamaño que los otros; (2) de la base de las puntas de los costados penden dos colgantes, tanto en la izquierda como en la derecha; (3) por último, de la base de la última punta penden tres colgantes. Todas estas piezas están unidas la placa por medio de eslabones que penden de perforaciones circulares.
Para la confección de esta estructura modular, las placas y las medallas se realizaron por medio de la técnica de colada. Los positivos o placas resultantes fueron forjadas, percutiendo con martillo para rebajarlas. Posteriormente se limaron los cantos con herramientas y se limó la superficie con arena caliente. Las perforaciones cinceladas y troqueladas están atravesadas por eslabones de plata laminada y alambre trefilado.
Estado de conservación
Bueno
Contexto
Área geográfica
Chile
Historia de propiedad y uso
Hacia fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX emerge un importante mercado de objetos indígenas, impulsado por comerciantes y coleccionistas que pudieron acopiar grandes volúmenes de piezas, especialmente de plata, a causa del empobrecimiento del pueblo mapuche por el asedio del Estado chileno en el periodo post-ocupacional de la Araucanía, y el contexto de las reducciones.
En este grupo se encuentra uno de los coleccionistas más reconocidos del periodo, Pedro Doyharcabal, comerciante de origen vasco-francés establecido en Cholchol el año 1893, quien obtuvo y agrupó durante más de treinta años diversas e invaluables piezas de platería mapuche, entre otras tipologías, conjunto que en 1946 fue adquirido por la Universidad de Chile, para ser incorporado al MAPA.
En este grupo se encuentra uno de los coleccionistas más reconocidos del periodo, Pedro Doyharcabal, comerciante de origen vasco-francés establecido en Cholchol el año 1893, quien obtuvo y agrupó durante más de treinta años diversas e invaluables piezas de platería mapuche, entre otras tipologías, conjunto que en 1946 fue adquirido por la Universidad de Chile, para ser incorporado al MAPA.
Historia del objeto
El trapelakucha, que se compone de las palabras trapel (amarrado, atado) y akucha (aguja) (Augusta, 1916), es una de las piezas de platería mapuche que conforma el ajuar femenino. En general, es descrito en términos de una prenda pectoral que está sostenido en su extremo superior desde un tupu, ponshon (Joseph, 1928; Castro, 1977) o collar que se encuentra formado por placas de plata o tubos de plata (runi), finalizando usualmente en una cruz (de Moesbach, 1930).
El arqueólogo R. Campbell presume que provienen de adornos de cuentas que comenzaron a incorporar plata durante la primera mitad del siglo XIX para luego ser desplazadas completamente y consolidándose así los trapelakucha, junto a los shikill y trarikonko, en la década de 1850 (Campbell, 2015). Dicha apreciación coincide con lo indicado por Willheim de Moesbach en 1930, que refirió a que los diseños más antiguos se hallaban interrumpidos por hileras de chaquiras que terminaban en una cruz con colgantes – llamándose cruselis a la totalidad del conjunto – y por W. Reccius que apunta que los trapelakuch surgieron de los regni-regni (prendas de tubitos con decoraciones de chaquiras o llancas) (1983).
La forma general de los trapelakucha, como fue señalado, consiste en una sola cadena que termina en una cruz, que varía según época de fabricación, de la que penden püñpüñ de figuras antropomorfas, fitomorfas, campanuliforme, discoidales con diversos diseños en su interior y también de cruz (Joseph, 1928; Reccius, 1983; Miranda, 2014). Además, se tratan de prendas que se destacan por aplicación de “los principios de repetición, de alternación y de simetría (Joseph, 1928). Los investigadores identifican tipos de trapelakucha según las características que presenta la cadena: (1) de tubos, (2) de placas, (3) de cadena con placas alargadas, (4) de eslabones dobles y cadena simple (Inostroza et al., 1986). En términos históricos, se conjetura que los más antiguos corresponden a los conformados por tubos, luego seguirían aquellos de placas grandes sucesivas y finalmente aparecieron los de cadenas de plaquitas cuadradas unidas a través de eslabones (Reccius, 1983). También se considera que los eslabones rectangulares vacíos unidos a través de anillos cilíndricos anchos se tratarían de diseños modernos (Joseph, 1928). El diseño de la cruz con que finaliza el trapelakucha, según Morris, también varía en el tiempo debido a la influencia de las cruces de las monedas coloniales o las que llevaban las órdenes sacerdotales en la Araucanía (1997).
El proceso de creación de los trapelakucha debe bastante a cuando los rütrafe la técnica de fundido pues les permitió conseguir láminas de mayor grosor y superficie, complejizando los diseños y aumentando los tamaños (Painecura, 2011). Su elaboración también se realiza en series y moldes (Joseph, 1928). La cantidad de metal y el trabajo necesario para confeccionarlos se traducen en un alto costo material (Wever, 1992), lo que también provee a la mujer que lo porta un gran atractivo (Castro, 1977).
El arqueólogo R. Campbell presume que provienen de adornos de cuentas que comenzaron a incorporar plata durante la primera mitad del siglo XIX para luego ser desplazadas completamente y consolidándose así los trapelakucha, junto a los shikill y trarikonko, en la década de 1850 (Campbell, 2015). Dicha apreciación coincide con lo indicado por Willheim de Moesbach en 1930, que refirió a que los diseños más antiguos se hallaban interrumpidos por hileras de chaquiras que terminaban en una cruz con colgantes – llamándose cruselis a la totalidad del conjunto – y por W. Reccius que apunta que los trapelakuch surgieron de los regni-regni (prendas de tubitos con decoraciones de chaquiras o llancas) (1983).
La forma general de los trapelakucha, como fue señalado, consiste en una sola cadena que termina en una cruz, que varía según época de fabricación, de la que penden püñpüñ de figuras antropomorfas, fitomorfas, campanuliforme, discoidales con diversos diseños en su interior y también de cruz (Joseph, 1928; Reccius, 1983; Miranda, 2014). Además, se tratan de prendas que se destacan por aplicación de “los principios de repetición, de alternación y de simetría (Joseph, 1928). Los investigadores identifican tipos de trapelakucha según las características que presenta la cadena: (1) de tubos, (2) de placas, (3) de cadena con placas alargadas, (4) de eslabones dobles y cadena simple (Inostroza et al., 1986). En términos históricos, se conjetura que los más antiguos corresponden a los conformados por tubos, luego seguirían aquellos de placas grandes sucesivas y finalmente aparecieron los de cadenas de plaquitas cuadradas unidas a través de eslabones (Reccius, 1983). También se considera que los eslabones rectangulares vacíos unidos a través de anillos cilíndricos anchos se tratarían de diseños modernos (Joseph, 1928). El diseño de la cruz con que finaliza el trapelakucha, según Morris, también varía en el tiempo debido a la influencia de las cruces de las monedas coloniales o las que llevaban las órdenes sacerdotales en la Araucanía (1997).
El proceso de creación de los trapelakucha debe bastante a cuando los rütrafe la técnica de fundido pues les permitió conseguir láminas de mayor grosor y superficie, complejizando los diseños y aumentando los tamaños (Painecura, 2011). Su elaboración también se realiza en series y moldes (Joseph, 1928). La cantidad de metal y el trabajo necesario para confeccionarlos se traducen en un alto costo material (Wever, 1992), lo que también provee a la mujer que lo porta un gran atractivo (Castro, 1977).
Área cultural primer nivel
Chile
Área cultural segundo nivel
Centro-Sur
Cultura originaria
Mapuche
Gestión
Adquisición
Forma de ingreso
Compra
Procedencia
Pedro Doyharcabal
Fecha de ingreso
1946
Registradores
Felipe Ignacio Quijada Aravena, 2021-06-08