Toquicura

El término toki kura se traduce usualmente como hacha de piedra. Según diferentes relatos, se cree que es una piedra que cae del cielo y parte los árboles. El vocablo toki kura refiere a tres tipos de objetos que responden a la definición de hacha, a la historia de origen mencionada y a su relevancia política-social. En primer lugar, se considera como toki kura a un lítico de forma rectangular o trapezoidal con un largo que oscila entre los 6 y 10 centímetros aproximadamente, que posee una perforación en uno de sus extremos que permite a su portador llevarla del cuello. Una segunda variación de hacha, conocida como kachal, es una de características similares pero carente de perforación. Ambos líticos eran susceptibles de adaptarse a un mango junto a tiras de cuero, trenzados de juncos, lazos de crin o ñocha. Finalmente, las clavas también son consideradas como toki kura, y consisten en una piedra en forma de hoz. Algunos autores sostienen que existen variaciones en el nombre en ambas vertientes de la cordillera para aquellas piedras con forma rectangular, toki en Argentina y kachal en Chile.
El término toki, también habría sido empleado como “jefe de guerra”, siendo esta piedra rectangura un emblema de autoridad de los caciques, quienes eran reconocibles al portarlas suspendidas del cuello. Los toki kura cobraban importancia en instancias como los nguillatun, pues actuaban como signos de la naturaleza (el rayo que toca la tierra) o se empleaban como portadoras de oráculos, reveladoras del porvenir, lo que otorgaban poder y autoridad a sus portadores.
En ocasiones se adaptaban uniéndolas a un mago de madera por medio de trenzados de juncos o tiras de cuero para ser utilizadas como utensilios domésticos o como armas. El proceso de fabricación abría consistido en pulir la piedra contra una de mayor tamaño y en los casos en los que se aprecia una horadación, está habría sido realizada con un “taladro” de madera, hueso o pedernal, un poco de agua y arena.