Barbero de la Alameda

"Pocos antecedentes se tienen del autor de esta tela, cuya temática y estilo lo sitúan en la corriente costumbrista que en Chile realizaron el francés Charton, el italiano Mochi y el porteño Manuel Antonio Caro, que en la exposición nacional de 1872 obtuvo un éxito resonante con dos obras de temática popular que pasaron a ser un clásico de la iconografía nacional, "El velorio del Angelito" y "La Zamacueca". En esta obra González capta con detalle e ingenuidad una escena que debió ser característica de la capital en esa época, el barbero en la Alameda. Tras un improvisado toldo se organiza la barbería al aire libre, donde la clientela es atendida en silla de paja cubriéndose la ropa con un paño blanco. El barbero, de anteojos, afeita al paisano que ha dejado su poncho en el brazo de la silla y la chupalla de paja en el suelo; otro se lava la cara ya rasurada mientras un tercero espera dormitando bajo el poncho y la chupalla. Completa el cuadro el perro y el caballo que aguarda a su jinete. La ciudad está caracterizada con el preciso dibujo de su torre de la iglesia de San Francisco, levantada poco antes por Fermín Vivaceta; los árboles de la Alameda; las casas de balcón corrido que fueron características en ese paseo; la acequia enladrillada y el perfil nevado de la cordillera" (Hernán Rodríguez en Museo del Carmen de Maipú, 1987, p. 120).