Número de Registro: 3-1250 | |
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Objeto: | Figurilla |
Institución: | Museo Histórico Nacional |
Fecha: | Siglo XIX |
Ficha de registro
Identificación
Institución
Museo Histórico Nacional
Número de registro
3-1250
Nº de inventario
359
Clasificación
Arte - Artes Populares y Artesanía
Colección
Artes Populares y Artesanía
Alto 7.5 cm - Diámetro máximo 5.3 cm
2 Existentes
359
Descripción
Objeto decorativo de cerámica, es una botella con tapón de volumen globular, color amarillo. Al extremo superior tiene una boca de paredes divergentes, cuello cilíndrico y estilizado y en la parte externa presenta ornamentos en diseño fitomorfos
Estado de conservación
Bueno
Contexto
Área geográfica
Chile
Fecha de creación
Siglo XIX
Historia del objeto
Por carecer de número de inventario no tenemos mayores antecedentes de la pieza ni ha sido posible vincularla con algún libro de inventario anterior.
Se trata de una pieza hecha a semejanza de las desarrolladas por las monjas Claras desde la colonia hasta fines del siglo XIX cuando esta producción se termina debido a la muerte de la última monja que conocía la técnica de perfumar la cerámica, Sor María del Carmen de la Encarnación Jofré.
Estas cerámicas fueron muy cotizadas como regalos navideños en su formato más pequeño, así como obsequio para grandes personalidades que visitaban o hacían un favor al convento.
Según consta en las crónicas coloniales, desde muy temprano estas religiosas se destacaron por la fabricación de objetos en miniatura y muchos de ellos constan en envíos al Perú incluso.
Según María Bichón, el origen de esta forma de trabajo cerámico tiene que ver en gran medida con la estructura misma de la vida de clausura. Al interior del convento vivían mujeres de todos los estratos sociales y castas, por lo que muchos saberes se fueron cruzando hasta dar lugar a este tipo de obras.
Por un lado, la matriz indígena que Bichón cita como la que aporta el trabajo en arcilla, más las aportaciones de las mismas monjas en la decoración de cada una de estas piezas, dando lugar a un modo de producción que se asemeja al trabajo de taller.
Se trata de una pieza hecha a semejanza de las desarrolladas por las monjas Claras desde la colonia hasta fines del siglo XIX cuando esta producción se termina debido a la muerte de la última monja que conocía la técnica de perfumar la cerámica, Sor María del Carmen de la Encarnación Jofré.
Estas cerámicas fueron muy cotizadas como regalos navideños en su formato más pequeño, así como obsequio para grandes personalidades que visitaban o hacían un favor al convento.
Según consta en las crónicas coloniales, desde muy temprano estas religiosas se destacaron por la fabricación de objetos en miniatura y muchos de ellos constan en envíos al Perú incluso.
Según María Bichón, el origen de esta forma de trabajo cerámico tiene que ver en gran medida con la estructura misma de la vida de clausura. Al interior del convento vivían mujeres de todos los estratos sociales y castas, por lo que muchos saberes se fueron cruzando hasta dar lugar a este tipo de obras.
Por un lado, la matriz indígena que Bichón cita como la que aporta el trabajo en arcilla, más las aportaciones de las mismas monjas en la decoración de cada una de estas piezas, dando lugar a un modo de producción que se asemeja al trabajo de taller.
Referencias documentales
Bichon, María: En torno a la cerámica de las monjas, Imprenta Universitaria, Santiago, Chile, 1947
Gestión
Registradores
Rolando Báez , 2012-10-03
Patricia Roldán , 2017-09-12