Florero
Título
Florero
Creador
Sara Gutiérrez
Institución
Museo Histórico Nacional
Fecha
Siglo XX
ID
3-39505
Identificación
Institución:
Museo Histórico Nacional
Número de registro:
3-39505
Nº de inventario:
12891
Clasificación:
Arte - Artes Populares y Artesanía
Colección:
Artes Populares y Artesanía
Objeto:
Creador:
Dimensiones:
Alto 1.4 cm - Diámetro 1.4 cm
Técnica / Material:
Ubicación:
En depósito - Museo Histórico Nacional
Transcripción:
12891
Título:
Florero
Descripción:
Objeto decorativo de cerámica esmaltada de color celeste, en el interior es de color rojo. El cuerpo del objeto es de forma globular, tiene base de forma circular. En la parte superior tiene una boca de forma circular con prolongación puntiaguda. El borde superior y la parte central del cuerpo están unidos por una asa. En la parte frontal del objeto tiene un motivo fitomorfo.
Estado de conservación:
Bueno
Iconografía:
Representa un jarro, que es un recipiente que sirve en principio para contener líquidos y escanciarlos.
Contexto
Centro artesanal:
Área geográfica:
Chile
Fecha de creación:
Siglo XX
Historia del objeto:
El objeto fue adquirido mediante una donación el 4 de diciembre de 1948. La pieza estuvo en préstamo en el Museo de Arte y Artesanía de Linares desde julio de 1970 al 20 de octubre de 1989, fecha en la que regresa al MHN.
"Se trata de uno de los formatos más característicos de las cerámicas realizadas por las monjas Claras, quienes venían desarrollando este trabajo desde la colonia hasta fines del siglo XIX cuando esta producción se termina debido a la muerte de la última monja que conocía la técnica de perfumar la cerámica, Sor María del Carmen de la Encarnación Jofré.
Estas cerámicas fueron muy cotizadas como regalos navideños en su formato más pequeño, así como obsequio para grandes personalidades que visitaban o hacían un favor al convento.
Según consta en las crónicas coloniales, desde muy temprano estas religiosas se destacaron por la fabricación de objetos en miniatura y muchos de ellos constan en envíos al Perú incluso.
Según María Bichón, el origen de esta forma de trabajo cerámico tiene que ver en gran medida con la estructura misma de la vida de clausura. Al interior del convento vivían mujeres de todos los estratos sociales y castas, por lo que muchos saberes se fueron cruzando hasta dar lugar a este tipo de obras.
Por un lado, la matriz indígena que Bichón cita como la que aporta el trabajo en arcilla, más las aportaciones de las mismas monjas en la decoración de cada una de estas piezas, dando lugar a un modo de producción que se asemeja al trabajo de taller. "
Gestión
Adquisición:
Forma adquisición:
Donación
Fecha inicio:
1948-12-04
Registrador:
Rolando Báez , 2012-10-23
Patricia Eliana Roldan Rojas, 2019-09-06