Botija

Las botijas y ánforas en general, son contenedores de transporte, usados en época colonial como utensilios domésticos para trasladar líquidos tales como aceite, brea, aguardiente, pisco y vino (Villablanca, 2017). También podían permitir movilizar aceitunas, alcaparras o vinagre, se ha descrito que se almacenaría miel, incluso pólvora. Suelen fecharse entre el siglo XVI y el XIX. Eran confeccionadas con técnica de torno, sin decoración, aunque las había engobadas y vidriadas. Utensilio era usado como contenedor de líquidos, el que se sostenía de pie con un soporte circular con patas que lo atrapaba en su diámetro medio o se colgaba fácilmente con cuerdas de su gollete. Junto a ladrillos, meshen o mayólicas, constituyen los materiales diagnósticos de carácter mueble estudiados para tipología y caracterización arqueológica del área de Valdivia (Urbina, 2021). El estudio de la tipología (basada en Goggin, 1960) arroja un origen americano (probablemente Perú), adscrito al siglo XVIII, pleno auge Virreinal del puerto y presidio de Valdivia. Basándose en Kandisnki y Fournier (2014), correspondería a una botija tardía de tipo C.
Para 1776, el ingeniero militar Antonio Duce compra "veinte y seis botijas para el aceite de ballena que se saco de una que varo en la plaza" (Archivo Nacional de Chile, Fondo Varios, Vol. 284).