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Ketrelpiyiña

Número de Registro: 76-226
Objeto: Ketrelpiyiña
Cultura Arqueológica: Mapuche
Institución: Museo de Arte Popular Americano, Universidad de Chile

Ficha de registro

Identificación

Institución
Museo de Arte Popular Americano, Universidad de Chile
Número de registro
76-226
Nº de inventario
80
Clasificación
Antropología, Arqueología y Etnografía - Textil, Vestuario y Adornos
Colección
Platería Mapuche
Alto 35,2 cm - Ancho 19,4 cm - Profundidad 7,2 cm
Descripción
Ketrelpiyiña son frenos que forman parte del enjaezado del jinete mapuche. Se compone de una barbada que consiste en una argolla circular que rodea la belfa inferior del caballo. La barbada se une a un bocado o puente que queda al interior de la boca del equino; en el centro se observa una coscoja, es decir, una pequeña rueda con estrías que gira sobre el eje del puente debido al movimiento que realiza el caballo con su lengua. En cada extremo del bocado se aprecia una copa que consiste en una lámina discoidal con un repujado esférico en el centro del que, a su vez, sobresale una figura con forma de prisma rectangular.
Los extremos del puente están unidos por medio de un remache a un pontezuelo de base curva con una figura trapezoidal que surge desde el centro. En los bordes, cerca del punto de unión con el bocado, posee una argolla a cada lado. La superficie de la base curva cuenta con decoración perimetral que consiste en dos líneas paralelas que contienen incisiones buriladas que dan origen a línea zigzag continua. Este diseño emerge desde los extremos y finaliza con forma de espiral en el centro de la curva.
La figura trapezoidal que surge desde el centro de la curva presenta una zona repujada en el segmento donde se une al pontezuelo. Cuenta con decoración perimetral de dos líneas paralelas con incisiones diagonales en su interior. Este patrón termina en dos espirales bajo la zona repujada. El pontezuelo se trata de un elemento ornamental del freno que es visible bajo el hocico del caballo.
Estado de conservación
Bueno

Contexto

Área geográfica
Chile
Historia de propiedad y uso
Hacia fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX emerge un importante mercado de objetos indígenas, impulsado por comerciantes y coleccionistas que pudieron acopiar grandes volúmenes de piezas, especialmente de plata, a causa del empobrecimiento del pueblo mapuche por el asedio del Estado chileno en el periodo post-ocupacional de la Araucanía, y el contexto de las reducciones.
En este grupo se encuentra uno de los coleccionistas más reconocidos del periodo, Pedro Doyharcabal, comerciante de origen vasco-francés establecido en Cholchol el año 1893, quien obtuvo y agrupó durante más de treinta años diversas e invaluables piezas de platería mapuche, entre otras tipologías, conjunto que en 1946 fue adquirido por la Universidad de Chile, para ser incorporado al MAPA.
Historia del objeto
Los enjaezados de plata son piezas de uso masculino relevantes en la tradición de la platería mapuche. A diferencia de las mujeres, los hombres raramente portaban prendas de plata sobre sí, en cambio, “ponían su orgullo en el arreglo de sus cabalgaduras” (Coña, 1936, p. 125). En este grupo de prendas se pueden encontrar: espuelas, estribos, adornos de plata en las aciones, cabezadas con colgantes de plata, incrustaciones de plata en las barbadas, riendas targeadas de plata o con discos, bocados con discos de plata (Coña, 1936; Joseph, 1928), rebenque o taleros recubiertos por una lámina de plata delgada y repujada (Guevara en Inostroza et al., 1986).

Los orígenes de estas piezas están asociados a la incorporación y adopción del caballo por el pueblo mapuche que habría iniciado a comienzos del siglo XVII (Morris, 1997). El rütrafe Juan Painecura señala, en este sentido, que el enjaezamiento que los españoles realizaban para la guerra y actividades sociales habría influenciado la creación de platería ecuestre (2011).

Las primeras prendas de montar fueron espuelas y estribos que los mapuche obtuvieron de encuentros con españoles, mientras que las cabezadas y las bridas de plata se trataron de introducciones más recientes (Guevara en Inostroza et al., 1986). También, la bibliografía indica que los plateros desarrollaron su propio estilo, al margen de la tradición hispana, basado en criterios estéticos indígenas que se apreciaban en la tosquedad, la ausencia de terminaciones finas y la rudeza en la ejecución (Smith en Morris, 1997). Cabe mencionar que estas últimas observaciones contrastan con las características de las piezas ecuestres que componen la colección.

La escasez de estas prendas respondería a su elevado costo, lo cual se vincula al estatus político y riqueza económica que se asocia a quien porta estas piezas, hecho recalcado de forma transversal por todos los investigadores sobre esta temática. Se menciona que son los caciques los que mostraban sus ajuares de jinetes, incluso rivalizando entre ellos (Reccius, 1983). Sobre la dimensión sociopolítica de estas piezas, Juan Painecura comenta que estas joyas “están confeccionadas a base de la estratificación de los logko y los ülmeh (lofche, rewe y ayjarewe)” (Painecura, 2011, p. 38).

El uso de estas piezas se registra en rituales funerarios. El viajero alemán Paul Treutler relató que, en el entierro de un cacique, los invitados hombres llegaron con cabalgaduras adornadas con cabezadas, frenos y estriberas de plata (en Flores, 2013). El longko Pascual Coña entregó un testimonio en la misma línea, señalando que: “En vísperas del velorio se junta toda la gente de la parcialidad del finado. Unos cuantos hombres toman sus mejores caballos para ejecutar la ceremonia del ashnel, los ensillan usando monturas adornadas de plata en la cabezada, el bocado, las riendas y los estribos con sus colgantes plateados” (Coña, 1936, p. 406). Sin embargo, también señaló que engalaban a sus caballos cuando se dirigían a reuniones festivas (Coña, 1936, p. 125).

El término para designar a los frenos es piyiña (Augusta, 1916). Ahora bien, de acuerdo a la revisión bibliográfica, existen especificaciones para designar a las piezas. Los frenos identificados como ketrelpiyiña por Pascual Coña serían aquellos en que el bocado presenta discos de plata a ambos lados (1936). El coleccionista Raúl Morris señala que estos son equivalentes a los frenos de copa con pontezuelo, argollas y barbadas de plata (Morris, 1997). Según el nombre con el que se registró en el catálogo de la colección Pedro Doyharcabal (1946) y las características mencionadas, esta pieza que compone el enjaezado sería ketrelpiyiña.

El coleccionista W. Reccius extiende esta caracterización, señalando que “llevan una prolongación de plata muy vistosa (generalmente con artísticas grabaciones y decorativas) y que consiste en un arco de plata que une los terminales del freno por sobre la boca del caballo y termina en un disco o en una pieza trapezoidal de considerables dimensiones” (1983, p. 30). Agrega que habrían servido para impedir que el caballo pastara mientras era montado por su jinete, ya que podría sugerir que el animal no estaba bien alimentado.

Por otro lado, investigadores sugieren que la palabra utranku se usaba para designar los frenos de palanca (Joseph, 1928; Morris, 1983; Morris, 1997). De acuerdo a Reccius, proviene del español “trancar” y se trata de una pieza que “siempre es de fierro en sus extremos laterales lleva dos rosetas de plata de artística confección y de 5 a 8 centímetros de diámetro. Estas placas tienen una protuberancia al centro para recibir un corto cilindro de plata de más o menos 1 cm. de largo, cuyos objetivos deben ser meramente decorativos” (Reccius, 1983, p. 30). Por último, se encuentra el nombre de unelhueque, según Joseph, refiere a frenos.

Hay que destacar que si bien los frenos con copas y pontezuelas se atribuían a los caciques, otros hombres adornaban sus caballos de forma más modesta. Las copas tenían un diámetro menor, mientras que otros usaban hilos de plata en los frenos (Morris, 1997, p. 52).

Hacia fines de la segunda mitad del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX emerge un importante mercado de objetos indígenas, impulsado por comerciantes y coleccionistas que pudieron acopiar grandes volúmenes de piezas, especialmente de plata, a causa del empobrecimiento del pueblo mapuche por el asedio del Estado chileno en el periodo post-ocupacional de la Araucanía, y el contexto de las reducciones.

Los enjaezados de las cabalgaduras, al igual que las otras prendas de plata, se vieron fuertemente afectados por esta situación colonial debido a que, como se mencionó, su uso se asociaba a la ostentación económica y poder político (Painecura, 2011). Pese a dichas dificultades, el coleccionista Raúl Morris señaló que se conservaba la tradición de engalanar con plata la brida de los caballos hacia 1990, utilizando piezas que fueron heredadas y conservadas por las familias. Agregó que, de todas formas, se trata de una minoría pues una gran cantidad de prendas de uso ecuestre se perdieron o fueron vendidas o empeñadas (1992).
Área cultural primer nivel
Chile
Área cultural segundo nivel
Centro-Sur
Cultura originaria
Mapuche

Gestión

Adquisición
Forma de ingreso
Compra
Procedencia
Pedro Doyharcabal
Fecha de ingreso
1946
Registradores
Felipe Ignacio Quijada Aravena, 2021-08-31