Número de Registro: 76-239 | |
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Objeto: | Trapelakucha |
Cultura Arqueológica: | Mapuche |
Institución: | Museo de Arte Popular Americano, Universidad de Chile |
Ficha de registro
Identificación
Institución
Museo de Arte Popular Americano, Universidad de Chile
Número de registro
76-239
Nº de inventario
110
Clasificación
Antropología, Arqueología y Etnografía - Textil, Vestuario y Adornos
Colección
Platería Mapuche
Descripción
Esta trapelakucha de 21,8 cm. de largo corresponde a una joya pectoral del ajuar de la mujer mapuche. A grandes rasgos, consiste en una estructura modular de 5 placas, 17 eslabones y 9 colgantes.
Las placas que conforman esta trapelakucha están orientadas verticalmente. La primera de ellas es una figura trapezoidal con tres orificios calados: uno de forma rectangular en el borde superior, uno circular en el centro y uno nuevamente rectangular en la base por donde pasan dos eslabones que permiten la unión de la pieza a la estructura.
Las siguientes siete placas de forma cuadrada cuentan con dimensiones similares entre sí. Cada una posee dos perforaciones rectangulares, tanto en su lado superior e inferior, todas atravesadas por el mismo tipo de eslabón.
La placa inferior tiene diseño cruciforme. Su brazo superior es campaniforme y posee dos perforaciones rectangulares atravesadas por eslabones. Por otra parte, sus brazos laterales son lobulados, es decir, cuentan con tres protuberancias curvas contiguas, mientras que el brazo inferior nuevamente es campaniforme e incluye tres protuberancias curvas contiguas en la base.
Esta placa cruciforme posee 9 colgantes de dos tipos. En cada borde del brazo superior de la cruz se observa una perforación de la que pende un eslabón y un colgante circular. También se observan colgantes fitomorfos que consisten en una figura semicircular cuya base termina en tres puntas. Estos colgantes están distribuidos de la siguiente forma: (1) en el lóbulo inferior de los brazos laterales; (2) entre el lóbulo inferior y el centro de la cruz en los brazos laterales; y (3) en las tres protuberancias curvas de la base.
Las placas que conforman esta trapelakucha están orientadas verticalmente. La primera de ellas es una figura trapezoidal con tres orificios calados: uno de forma rectangular en el borde superior, uno circular en el centro y uno nuevamente rectangular en la base por donde pasan dos eslabones que permiten la unión de la pieza a la estructura.
Las siguientes siete placas de forma cuadrada cuentan con dimensiones similares entre sí. Cada una posee dos perforaciones rectangulares, tanto en su lado superior e inferior, todas atravesadas por el mismo tipo de eslabón.
La placa inferior tiene diseño cruciforme. Su brazo superior es campaniforme y posee dos perforaciones rectangulares atravesadas por eslabones. Por otra parte, sus brazos laterales son lobulados, es decir, cuentan con tres protuberancias curvas contiguas, mientras que el brazo inferior nuevamente es campaniforme e incluye tres protuberancias curvas contiguas en la base.
Esta placa cruciforme posee 9 colgantes de dos tipos. En cada borde del brazo superior de la cruz se observa una perforación de la que pende un eslabón y un colgante circular. También se observan colgantes fitomorfos que consisten en una figura semicircular cuya base termina en tres puntas. Estos colgantes están distribuidos de la siguiente forma: (1) en el lóbulo inferior de los brazos laterales; (2) entre el lóbulo inferior y el centro de la cruz en los brazos laterales; y (3) en las tres protuberancias curvas de la base.
Estado de conservación
Bueno
Contexto
Área geográfica
Chile
Historia de propiedad y uso
Hacia fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX emerge un importante mercado de objetos indígenas, impulsado por comerciantes y coleccionistas que pudieron acopiar grandes volúmenes de piezas, especialmente de plata, a causa del empobrecimiento del pueblo mapuche por el asedio del Estado chileno en el periodo post-ocupacional de la Araucanía, y el contexto de las reducciones.
En este grupo se encuentra uno de los coleccionistas más reconocidos del periodo, Pedro Doyharcabal, comerciante de origen vasco-francés establecido en Cholchol el año 1893, quien obtuvo y agrupó durante más de treinta años diversas e invaluables piezas de platería mapuche, entre otras tipologías, conjunto que en 1946 fue adquirido por la Universidad de Chile, para ser incorporado al MAPA.
En este grupo se encuentra uno de los coleccionistas más reconocidos del periodo, Pedro Doyharcabal, comerciante de origen vasco-francés establecido en Cholchol el año 1893, quien obtuvo y agrupó durante más de treinta años diversas e invaluables piezas de platería mapuche, entre otras tipologías, conjunto que en 1946 fue adquirido por la Universidad de Chile, para ser incorporado al MAPA.
Historia del objeto
El trapelakucha, que se compone de las palabras trapel (amarrado, atado) y akucha (aguja) (Augusta, 1916), es una de las piezas de platería mapuche que conforma el ajuar femenino. En general, es descrito en términos de una prenda pectoral que está sostenido en su extremo superior desde un tupu, ponshon (Joseph, 1928; Castro, 1977) o collar que se encuentra formado por placas de plata o tubos de plata (runi), finalizando usualmente en una cruz (de Moesbach, 1930).
El arqueólogo R. Campbell presume que provienen de adornos de cuentas que comenzaron a incorporar plata durante la primera mitad del siglo XIX para luego ser desplazadas completamente y consolidándose así los trapelakucha, junto a los shikill y trarikonko, en la década de 1850 (Campbell, 2015). Dicha apreciación coincide con lo indicado por Willheim de Moesbach en 1930, que refirió a que los diseños más antiguos se hallaban interrumpidos por hileras de chaquiras que terminaban en una cruz con colgantes – llamándose cruselis a la totalidad del conjunto – y por W. Reccius que apunta que los trapelakuch surgieron de los regni-regni (prendas de tubitos con decoraciones de chaquiras o llancas) (1983).
La forma general de los trapelakucha, como fue señalado, consiste en una sola cadena que termina en una cruz, que varía según época de fabricación, de la que penden püñpüñ de figuras antropomorfas, fitomorfas, campanuliforme, discoidales con diversos diseños en su interior y también de cruz (Joseph, 1928; Reccius, 1983; Miranda, 2014). Además, se tratan de prendas que se destacan por aplicación de “los principios de repetición, de alternación y de simetría (Joseph, 1928). Los investigadores identifican tipos de trapelakucha según las características que presenta la cadena: (1) de tubos, (2) de placas, (3) de cadena con placas alargadas, (4) de eslabones dobles y cadena simple (Inostroza et al., 1986). En términos históricos, se conjetura que los más antiguos corresponden a los conformados por tubos, luego seguirían aquellos de placas grandes sucesivas y finalmente aparecieron los de cadenas de plaquitas cuadradas unidas a través de eslabones (Reccius, 1983). También se considera que los eslabones rectangulares vacíos unidos a través de anillos cilíndricos anchos se tratarían de diseños modernos (Joseph, 1928). El diseño de la cruz con que finaliza el trapelakucha, según Morris, también varía en el tiempo debido a la influencia de las cruces de las monedas coloniales o las que llevaban las órdenes sacerdotales en la Araucanía (1997).
El proceso de creación de los trapelakucha debe bastante a cuando los rütrafe la técnica de fundido pues les permitió conseguir láminas de mayor grosor y superficie, complejizando los diseños y aumentando los tamaños (Painecura, 2011). Su elaboración también se realiza en series y moldes (Joseph, 1928). La cantidad de metal y el trabajo necesario para confeccionarlos se traducen en un alto costo material (Wever, 1992), lo que también provee a la mujer que lo porta un gran atractivo (Castro, 1977).
El arqueólogo R. Campbell presume que provienen de adornos de cuentas que comenzaron a incorporar plata durante la primera mitad del siglo XIX para luego ser desplazadas completamente y consolidándose así los trapelakucha, junto a los shikill y trarikonko, en la década de 1850 (Campbell, 2015). Dicha apreciación coincide con lo indicado por Willheim de Moesbach en 1930, que refirió a que los diseños más antiguos se hallaban interrumpidos por hileras de chaquiras que terminaban en una cruz con colgantes – llamándose cruselis a la totalidad del conjunto – y por W. Reccius que apunta que los trapelakuch surgieron de los regni-regni (prendas de tubitos con decoraciones de chaquiras o llancas) (1983).
La forma general de los trapelakucha, como fue señalado, consiste en una sola cadena que termina en una cruz, que varía según época de fabricación, de la que penden püñpüñ de figuras antropomorfas, fitomorfas, campanuliforme, discoidales con diversos diseños en su interior y también de cruz (Joseph, 1928; Reccius, 1983; Miranda, 2014). Además, se tratan de prendas que se destacan por aplicación de “los principios de repetición, de alternación y de simetría (Joseph, 1928). Los investigadores identifican tipos de trapelakucha según las características que presenta la cadena: (1) de tubos, (2) de placas, (3) de cadena con placas alargadas, (4) de eslabones dobles y cadena simple (Inostroza et al., 1986). En términos históricos, se conjetura que los más antiguos corresponden a los conformados por tubos, luego seguirían aquellos de placas grandes sucesivas y finalmente aparecieron los de cadenas de plaquitas cuadradas unidas a través de eslabones (Reccius, 1983). También se considera que los eslabones rectangulares vacíos unidos a través de anillos cilíndricos anchos se tratarían de diseños modernos (Joseph, 1928). El diseño de la cruz con que finaliza el trapelakucha, según Morris, también varía en el tiempo debido a la influencia de las cruces de las monedas coloniales o las que llevaban las órdenes sacerdotales en la Araucanía (1997).
El proceso de creación de los trapelakucha debe bastante a cuando los rütrafe la técnica de fundido pues les permitió conseguir láminas de mayor grosor y superficie, complejizando los diseños y aumentando los tamaños (Painecura, 2011). Su elaboración también se realiza en series y moldes (Joseph, 1928). La cantidad de metal y el trabajo necesario para confeccionarlos se traducen en un alto costo material (Wever, 1992), lo que también provee a la mujer que lo porta un gran atractivo (Castro, 1977).
Área cultural primer nivel
Chile
Área cultural segundo nivel
Centro-Sur
Cultura originaria
Mapuche
Gestión
Adquisición
Forma de ingreso
Compra
Procedencia
Pedro Doyharcabal
Fecha de ingreso
1946
Registradores
Felipe Ignacio Quijada Aravena, 2021-06-11