Conjunto (vestimenta)

La indumentaria de montar constituye un grupo dentro de las piezas de platería que se han producido desde entonces, conformada por “una variedad de riendas, frenos, estribos y espuelas de plata” (Joseph, 1928, p. 156). Respecto a estas últimas, en mapudungun se les denomina ispuelas.

Las primeras prendas de montar, que fueron espuelas y estriberas, se obtuvieron de los prisioneros o caballos apresados en ataques (Guevara en Morris, 1997). Hacia principios del siglo XVII González de Nájera relató que también había españoles con conocimientos de herrería que, de forma voluntaria o en su calidad de prisioneros, fabricaron estos implementos para los mapuche. Si bien en principio se trataban de piezas de bronce y de compleja reproducción, los rütrafe las adaptaron realizándolas en plata (Inostroza, Morris y Mora, 1986). Guevara señala que desde mediados del siglo XVII las estriberas y espuelas de madera se reemplazaron por las de metal (Flores, 2013).

Las ispuelas de los mapuche emularon los modelos españoles, aunque sumaron ciertas particularidades en el proceso de confección. De acuerdo a Morris, el diseño era más simple, su ejecución más tosca y el arco que rodeaba al talón resultaba más cerrado, pues las ispuelas se acondicionaban a un pie descalzo o a un calzado confeccionado con una delgada funda de cuero de potro (Morris, 1997). Reccius comenta que las rodajas de plata poseen forma de estrella y, en general, resultan escasas. Éstas cuentan con una protección de dos discos de plata que dejan a la vista puntas de corta dimensión para evitar maltratar al caballo (1983). En general, los antiguos rütrafe empleaban diversas técnicas para lograr estas piezas (Inostroza, Morris y Mora, 1986), siendo característica la ornamentación incisa tanto en los márgenes, con líneas de puntos, rayas, círculos y semicírculos, como en los centros, con figuras con patrones geométricos o figurativos (Morris, 1997).

Se atribuye su escasez al alto costo que implicaba su confección (Inostroza, Morris y Mora, 1986). Considerando el valor del metal, en general la platería se concentraba en poder de caciques que veían una forma de manifestar su riqueza y autoridad (Guevara en Flores, 2013). En el caso de las ispuelas y del resto de la indumentaria para cabalgar se trata de prendas que daban cuenta del estatus político y económico de su portador. Guevara también menciona que la indumentaria para montar se heredaba de padres a hijos por varias generaciones (en Inostroza, Morris y Mora, 1986).

La importancia de la indumentaria para montar también se evidencia en distintas instancias rituales, donde todos los elementos que componen la montura del caballo eran embelezados y pulidos (Coña, 1930, p. 376). En los funerales las piezas de platería también cumplían un rol relevante, particularmente en el entierro de los caciques (Treutler en Flores, 2013).