Número de Registro: 76-294 | |
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Objeto: | Trarulongko |
Institución: | Museo de Arte Popular Americano, Universidad de Chile |
Ficha de registro
Identificación
Institución
Museo de Arte Popular Americano, Universidad de Chile
Número de registro
76-294
Nº de inventario
230
Clasificación
Antropología, Arqueología y Etnografía - Textil, Vestuario y Adornos
Colección
Platería Mapuche
Largo 42,3 cm - Ancho 3,6 cm - Espesor 6,35 Milímetros - Peso 113,2 Gramos
Descripción
Joya de la mujer mapuche que se ciñe a la cabeza uniendo sus cabos con un Pezkiñ. Para su manufactura, se fabrican las placas en técnica de colada. Los positivos resultantes se forjan y percuten con martillo, calando y cincelando las formas, y limando los sobrantes. Estas 15 placas, se encuentran unidas entre sí por catorce eslabones de banda de plata laminada y por cuarenta y dos eslabones de alambre de plata trefilada que enlazan las medallas. De los eslabones penden 28 medallas discales con un apéndice circular que presenta en su centro un orificio circular calado por donde pasa una cadena circular que pende del eslabón de banda de plata laminada. Las placas tienen diseño de flor de cuatro pétalos, en su centro se encuentra una decoración de una circunferencia con un punto en su centro. Los laterales de las flores son los orificios por donde pasan los eslabones y cadenas de donde penden los colgantes.
Estado de conservación
Bueno
Contexto
Área geográfica
Chile
Historia de propiedad y uso
Hacia fines del siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX emerge un importante mercado de objetos indígenas, impulsado por comerciantes y coleccionistas que pudieron acopiar grandes volúmenes de piezas, especialmente de plata, a causa del empobrecimiento del pueblo mapuche por el asedio del Estado chileno en el periodo post-ocupacional de la Araucanía, y el contexto de las reducciones.
En este grupo se encuentra uno de los coleccionistas más reconocidos del periodo, Pedro Doyharcabal, comerciante de origen vasco-francés establecido en Cholchol el año 1893, quien obtuvo y agrupó durante más de treinta años diversas e invaluables piezas de platería mapuche, entre otras tipologías, conjunto que en 1946 fue adquirido por la Universidad de Chile, para ser incorporado al MAPA.
En este grupo se encuentra uno de los coleccionistas más reconocidos del periodo, Pedro Doyharcabal, comerciante de origen vasco-francés establecido en Cholchol el año 1893, quien obtuvo y agrupó durante más de treinta años diversas e invaluables piezas de platería mapuche, entre otras tipologías, conjunto que en 1946 fue adquirido por la Universidad de Chile, para ser incorporado al MAPA.
Historia del objeto
El trarülongko consiste en un adorno de cadenas de plata que se ciñe en la cabeza a la altura de la frente, de este penden discos del mismo material, llegando a medir 70 centímetros de largo y pesar 300 gramos aprox. En algunas oportunidades los discos fueron fabricados con medallas y, las piezas más modernas, los reemplazan por monedas de distintos valores que indican la riqueza de su portadora (Joseph, 1928). Según su diseño pueden ser consideradas joyas de casquetes de plata o joyas de cadenas. Las primeras presentan una estructura básica que es una faja tachonada de cupulitas, con adornos colgantes, que se usan principalmente en cintas que adornan la cabeza, mientras que las segundas evidencian los últimos procesos tecnológicos en el trabajo de la plata (Miranda.2014). Las joyas de cadenas son muy numerosas y quizás el modelo más clásico sea el trarülongko de cadenas de plata. Antiguamente, el trarülongko era una corona tejida con fibras vegetales, las cuales se entrelazaban con hojas, flores y plumas de colores. (Joseph, 1928). Pueden dividirse según su material y/o territorio, donde contrastan los adornos y formas de llevar de los manufacturados en Lumaco, Arauco, Loncoche, Malleco, Lanalhue y Purén. En las dos últimas zonas las mujeres obtienen los materiales y manufacturan el trarülongko para sí mismas.
El trarülongko compone parte del ajuar de la mujer mapuche, quienes lo utilizan especialmente en rituales, donde toman lugar como talismanes protectores y símbolos propiciadores de fertilidad (Morris, 1992) como también, al usarse en la cabeza, permiten el desarrollo del pensamiento y la razón (Antinao y Chihuaicura, 2016). Se sujeta amarrando los extremos sobre la nuca, sin embargo, los más recientes se amarran a la inversa, uniendo los broches sobre la frente con cintas color celeste o carmesí (Reccius, 1983). En algunas ocasiones, los aros upul penden del trarülongko (Morris, 1997). Sus formas y usos son determinadas según el Füta El Mapu (identidades territoriales) al cual pertenezca, se relaciona también con los usos de la mujer mapuche en cuanto a actividades ceremoniales, matrimonio, funerales y vida cotidiana que son distintos en los diferentes territorios (Painecura, 2011), por lo que es posible observar mujeres portando el trarülongko en quehaceres domésticos, trabajos de campo o viajes al pueblo. (Joseph, 1930).
Para Painecura, el trarülongko expresa y representa la expresión de espiritualidad en los lofche, rewe y ayjarewe y que, fundamentalmente, se desarrolla en los gijatun. Es aquí donde las fuerzas de los distintos newen de la naturaleza que crearon y administran la vida, interactúan como una gran fuerza en un mismo momento. Tiene un sentido de unidad de pertenencia, en ella están incluidas todas las familias del lof que tienen una misma tuwün y descienden de un mismo tronco familiar (küpalme) (Painecura, 2011).
Podemos rastrear la evolución de los trarülongko a través de la forma de los eslabones de sus cadenas, durante el siglo XVIII aparecen los eslabones planos y simples en forma de rectángulos alargados, con dos aberturas laterales, amarrados por cortos y simples eslabones de unión, de un ancho aproximado a un tercio del eslabón principal. No llevan decoraciones incisas, son lisos y muy pulidos (Morris, 1997). Cerca de 1850 comenzaron a ser manufacturados de plata exclusivamente (Campbell, 2015). Luego se incorporan nuevos tipos de cadenas, donde paulatinamente disminuye el contenido de plata en ellas. Hacia fines del siglo la cadena cambia y se simplifica apareciendo eslabones de placas cuadradas y decoradas con pequeños círculos incisos, unidos por cuatro eslabones simples, y otro muy novedoso, que consiste en una cadena de eslabones planos, en el cual el eslabón de unión se convierte en eslabón principal, absorbiendo casi totalmente el antiguo eslabón decorado (Reccius, 1983).
El trarülongko compone parte del ajuar de la mujer mapuche, quienes lo utilizan especialmente en rituales, donde toman lugar como talismanes protectores y símbolos propiciadores de fertilidad (Morris, 1992) como también, al usarse en la cabeza, permiten el desarrollo del pensamiento y la razón (Antinao y Chihuaicura, 2016). Se sujeta amarrando los extremos sobre la nuca, sin embargo, los más recientes se amarran a la inversa, uniendo los broches sobre la frente con cintas color celeste o carmesí (Reccius, 1983). En algunas ocasiones, los aros upul penden del trarülongko (Morris, 1997). Sus formas y usos son determinadas según el Füta El Mapu (identidades territoriales) al cual pertenezca, se relaciona también con los usos de la mujer mapuche en cuanto a actividades ceremoniales, matrimonio, funerales y vida cotidiana que son distintos en los diferentes territorios (Painecura, 2011), por lo que es posible observar mujeres portando el trarülongko en quehaceres domésticos, trabajos de campo o viajes al pueblo. (Joseph, 1930).
Para Painecura, el trarülongko expresa y representa la expresión de espiritualidad en los lofche, rewe y ayjarewe y que, fundamentalmente, se desarrolla en los gijatun. Es aquí donde las fuerzas de los distintos newen de la naturaleza que crearon y administran la vida, interactúan como una gran fuerza en un mismo momento. Tiene un sentido de unidad de pertenencia, en ella están incluidas todas las familias del lof que tienen una misma tuwün y descienden de un mismo tronco familiar (küpalme) (Painecura, 2011).
Podemos rastrear la evolución de los trarülongko a través de la forma de los eslabones de sus cadenas, durante el siglo XVIII aparecen los eslabones planos y simples en forma de rectángulos alargados, con dos aberturas laterales, amarrados por cortos y simples eslabones de unión, de un ancho aproximado a un tercio del eslabón principal. No llevan decoraciones incisas, son lisos y muy pulidos (Morris, 1997). Cerca de 1850 comenzaron a ser manufacturados de plata exclusivamente (Campbell, 2015). Luego se incorporan nuevos tipos de cadenas, donde paulatinamente disminuye el contenido de plata en ellas. Hacia fines del siglo la cadena cambia y se simplifica apareciendo eslabones de placas cuadradas y decoradas con pequeños círculos incisos, unidos por cuatro eslabones simples, y otro muy novedoso, que consiste en una cadena de eslabones planos, en el cual el eslabón de unión se convierte en eslabón principal, absorbiendo casi totalmente el antiguo eslabón decorado (Reccius, 1983).
Área cultural primer nivel
Chile
Área cultural segundo nivel
Centro-Sur
Gestión
Adquisición
Forma de ingreso
Compra
Procedencia
Pedro Doyharcabal
Fecha de ingreso
1946
Registradores
Felipe Ignacio Quijada Aravena, 2021-08-13